Ya es oficial: el FC Barcelona ha sacado a la luz el reciente rediseño de su escudo. Dejando atrás la última versión, creada en 2001 y que todos conocemos ya de sobra, el equipo ha optado por hacer cambios en su imagen. Entre ellos, eliminar sus iniciales del escudo, reducir el número de barras azulgranas, transformar el rojo a una tonalidad mucho más oscura y hacer desaparecer los bordes negros que delimitaban sus elementos por dentro.
El rediseño ha sido realizado de manera colaborativa entre el departamento de marca del FC Barcelona y la agencia Summa. Esta última ha declarado que “su Plan Estratégico tiene, entre otros, el objetivo de potenciar la marca para hacerla todavía más global, atraer a nuevos públicos y llegar a nuevos mercados”. Principalmente se ha optado por seguir una tendencia imperante en el panorama gráfico actual. Esta consiste en simplificar los logos a través del flat design, cosa que ya han hecho muchas firmas automovilísticas y otros equipos de fútbol como la Juventus de Turín y el Atlético de Madrid. Sin embargo, en casos como el de la Juventus, el rediseño ha supuesto un cambio radical y no una mera adaptación.
En Crece dudamos bastante que restar personalidad a un escudo y convertirlo en uno más de la colección lo haga más global y atrayente. Por el contrario, vemos que la idea de seguir una moda pasajera choca bastante con la imagen que siempre ha tenido el FC Barcelona de ser “més que un club”. Un rediseño de imagen de un equipo de fútbol tan relevante como es el FC Barcelona debería ir ligado a un cambio más trascendente y conceptual, a una voluntad por transmitir mejor sus valores identitarios, y no llevar a cabo un “diseño a medias” por alimentar una tendencia gráfica que no sabemos cuánto tiempo imperará. Lo que está claro es que, si sigues modas, envejeces más rápido.
En nuestra opinión, cosas así suceden debido a la fuerte influencia que suele tener el cliente a la hora de innovar y arriesgar en sus proyectos. Summa en su página web deja claro haber estado “trabajando en equipo con su departamento de marca”, que probablemente habrá tenido el mayor peso a la hora de tomar decisiones. Nos gustaría poder ver alguna de las propuestas iniciales de Summa para descubrir si el FC Barcelona podría haber estrenado un escudo mucho más único, gráficamente hablando, tan potente como el equipo al que representa y elaborado por diseñadores gráficos capaces de ver más allá de la tradición y el conformismo que puede estar influyendo en la marca.
En resumen, el nuevo escudo del FC Barcelona nos parece un claro ejemplo de logo más adaptado a su tiempo y circunstancias que a su identidad y valores.