Ya no es una sorpresa que muchas marcas comerciales de sectores muy diversos están siguiendo la tendencia de simplificar sus logos e imágenes corporativas con el objetivo de que sean escalables a nuevos formatos y aplicaciones cada vez más pequeñas. Sin embargo, aún a día de hoy hay sectores que son más reacios que otros a seguir esta nueva tendencia de diseño gráfico, como el sector futbolístico o el automovilístico, del cual hablaremos hoy.

Hace unos años, en 2017, en este blog comentamos el tema de los automóviles y sus logotipos sobrecargados. En ese artículo se puede comprobar como, en sus orígenes, un gran número de marcas automovilísticas como Chevrolet, Ford, Fiat o Renault, disponían de logotipos planos a una o dos tintas. Sin embargo, a partir de la revolución tecnológica y el auge de los ordenadores, todas estas marcas se sumaron rápidamente a la corriente de experimentar con todas las opciones que las herramientas de diseño permitían.

El resultado fue una fanfarria de logotipos automovilísticos llenos de volúmenes, texturas metálicas, tridimensionalidades, brillos y efectos que se asemejaban a sus representaciones físicas en chapas metálicas de coches, posiblemente buscando un mayor reconocimiento por parte del cliente y una imagen más vanguardista.

A partir de la revolución tecnológica, las marcas se sumaron a la tendencia de experimentar y aprovechar las herramientas de diseño para dar a sus logotipos una imagen más vanguardista

Si nos desplazamos hasta el presente, podemos afirmar con total seguridad que la tendencia ha avanzado en la dirección opuesta.

La mayoría de marcas que conocemos ya han dado el paso de simplificar sus logotipos al máximo, eliminando todo rastro de metal, brillo y tridimensionalidad, y recuperando en cierta manera la esencia de sus orígenes sin tanta ostentación. Hablamos de marcas como Renault, Peugeot, Nissan, BMW, Volkswagen, Ford, Opel, Honda, Hyundai… E incluso marcas de alta gama como Jaguar o Aston Martin también se han sumado a la tendencia del minimalismo.

Incluso alguna que otra marca, como KIA, no se ha conformado sencillamente con eliminar relieves y texturas, sino que ha aprovechado para darle un cambio radical a su imagen, a su claim y a toda su estrategia de venta. 

Por otro lado, marcas como Lexus o Mercedes-Benz, pese a haber presentado un rediseño de sus logotipos a una tinta sin relieve, aún siguen utilizando en ciertas aplicaciones la versión metalizada de sus logos. Este híbrido en sus imágenes visuales corporativas puede llegar a generar confusión entre sus usuarios, pero es el tímido acercamiento a la simplicidad por parte de estas marcas. Esperamos que pronto acaben de dar el gran salto y dejen atrás sus versiones obsoletas.

Y si a estas marcas les está costando un poco dar el paso, hay otras que directamente ni se plantean su cambio de imagen y defienden a capa y espada sus relieves y tridimensionalidades. Nos referimos a marcas como Alfa Romeo, Cadillac, Chevrolet, Porsche, o Mazda.

En Crece Agency, como ya os comentamos en un artículo sobre rediseños y tendencias en 2017, creemos que es muy difícil y además un error tratar de establecer patrones a seguir entre marcas tan distintas como son, en este caso, las marcas del sector automovilístico. No todas las tendencias valen para todas las marcas, ya que cada una tiene un posicionamiento, unos valores y una personalidad que trata de ser única y diferente a la del resto. No obstante, en el universo profundamente digitalizado en el que nos encontramos actualmente, mentiríamos si dijéramos que no apoyamos la tendencia a la simplicidad

Creemos que el futuro del diseño gráfico y del branding pasará por la búsqueda de logotipos fáciles de reproducir en tantos soportes como vayan surgiendo con los años. En el caso del sector del automóvil, un logotipo diseñado hace 30 años para únicamente ser aplicado en coches e impreso sobre revistas, actualmente es más que probable que haya quedado obsoleto.